En el 2016 el despacho brasileño Terra e Tuma Arquitetos, presentó el proyecto: Casa en Vila Matilde, la vivienda para una empleada doméstica en las favelas de Brasil, esta se volvió un fenómeno de la arquitectura en el mundo, ya que resolvió de manera eficiente y eficaz uno de los principales problemas de vivienda en Latinoamérica.
Como en las zonas pobres de Brasil, en México se vive una crisis de asentamientos y viviendas con
deficiencias en sus condiciones de habitabilidad, para comprender la lógica del crecimiento de estos territorios urbanos es necesario primero entender las desigualdades socioeconómicas, la pobreza y las limitaciones de recursos de los habitantes quienes construyeron la mayor parte de los espacios conurbanos, creando su patrimonio en condiciones extremas y a lo largo de muchos años.
Las condiciones extremas propician la participación directa del habitante en el encargo, el financiamiento, la adquisición de materiales o la administración de la mano de obra y todo lo referente al acceso al terreno, la urbanización y los servicios.
Estas viviendas improvisadas y precarias comparten casi siempre las mismas características, son casas en obra negra que en la construcción se define como la primera etapa de la edificación, con muros y losas aparentes, con una mala distribución de los espacios, un mal manejo del financiamiento y, por tanto, se puede considerar la vivienda como en un proceso inconcluso, correlacionado con la estructura física y familiar de los hogares que pueden albergar. De acuerdo con Alejandro Emilio Suárez Pareyón, profesor de la Facultad de Arquitectura y coordinador del Laboratorio de Vivienda de la UNAM, estas zonas conurbadas y colonias populares pueden tomar de treinta a cincuenta años hasta su consolidación (2017).
El problema hoy no es solo la pobreza, sino la creciente desigualdad, habría que pensar que no se trata ya solo de buscar la mejor arquitectura para los más pobres, de una manera utópica y condescendiente, sino de entender propiamente la arquitectura de la pobreza: cómo se construye y se mantiene la condición de pobreza y precariedad de millones de personas en México.
El proyecto de Terra e Tuma Arquitetos, entiende y aborda esta arquitectura social y por estas razones la casa sirve hasta el día de hoy como un referente de una nueva tendencia en el diseño que presenta soluciones simples, económicas y estéticas.
Abordar los problemas socioeconómicos y urbanos que enfrentan las grandes áreas metropolitanas en México, requiere una revisión y modificación de las políticas económicas que durante muchos años solo han privilegiado la oferta de productos comerciales desarrollados por grandes constructoras y se ha ignorado la capacidad y la fuerza productiva de la mayor parte de la población.
Este análisis debe tomar en cuenta que en estos extensos y complejos territorios coexisten de manera conflictiva distintos modelos de gobernanza entre los habitantes, destacando dos principales, uno asociativo que analiza los sucesos desde un punto de vista de las interacciones y otro colaborativo para buscar siempre un objetivo común, como lo menciona Alicia Ziccardi en su artículo “la Nueva Arquitectura Espacial, pobreza urbana y desigualdad territorial”.
Finalmente, en este contexto, estas nuevas políticas sociales-urbanas cobran más relevancia, ya que su principal objetivo debe estar el generar condiciones de equidad social, promoviendo y asegurando el ejercicio de los derechos de los ciudadanos que menos tienen.
